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Mostrando entradas de 2009

NUDO, NUDO Y NUDO: Pere Joan y la experiencia de NSLM

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Con esta entrevista inauguramos -y ahora hablo en plural, pues ya hay colaboraciones- una serie de informes sobre el pasado 27 Salón del Cómic de Barcelona, experiencia iniciática y arrobadora para un fanático de tierras lejanas que, como yo, asiste por primera vez a un evento de esta magnitud. La ventaja de medios como este es que no están atados a la inmediatez de la prensa de actualidad, así que, aunque el Salón transcurrió del 27 de mayo al 1 de junio, nos tomaremos nuestro tiempo para hacer reseñas, comentarios e informes sobre algunos de los artistas presentes, las exposiciones, los acontecimientos. Y empezamos con una entrevista, fruto del gratificante encuentro con un gran narrador de historias en otros medios, Manuel Barrios, quien tubo la gentileza de ponernos en contacto con Pere Joan , artista, ilustrador y dibujante de historietas nacido en Palma de Mallorca, quien no sólo ha desarrollado una obra personal y de gran riqueza y sobriedad estilística, sino que además ha estad

Une semaine de Bonté

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En algunos de los libros sobre historia y teoría del cómic se cita a Max Ernst como uno de los artistas importantes del siglo XX que exploraron el universo de la narración gráfica. La obra Une semaine de Bonté (una semana de bondad), junto con La mujer 100 cabezas y Sueño de una niña que quiso entrar en el Carmelo (publicadas en un mismo volumen por Ediciones Atalanta en el año 2008, bajo el título de Tres novelas en imágenes de Max Ernst ) constituye, más que una novela, un poema en imágenes, pues su lectura -o más bien, su visualización - supune un ejercicio asociativo más cercano al simbolismo, la perplejidad y el asombro del lenguaje poético. La Fundación Mapfre expone hasta mayo de este año los collages originales de Une semaine de Bonté, que fue expuesta en España por primera vez en 1936, dos años después de su realización. Es sabido que la contemplación de una obra de arte en vivo y en directo es una experiencia completamente distinta a la de una reproducción, y ya Walter Benja

Low Moon de Jason

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El noruego Jason (pseudónimo de John Ame Saeteroy) es un narrador gráfico en estado puro. Sus historias están llenas de silencios y acciones que hablan por sí mismas, y algunos de sus cómics son totalmente silentes, sin parlamentos. E incluso aquellos que emplean diálogos alternan con gran eficacia lo que dicen las imágenes y lo que dicen los personajes, los textos. Su maestría está en la sobriedad a los dos niveles, una sobriedad que alcanza los niveles del arte meditativo. Low Moon es una compilación de cinco historias: la primera se titula "Émile le envía sus saludos", y en ella una mujer contrata a un hombre para que elimine a otros cinco, diciéndoles antes de matarlos: "Émile le envía sus saludos". La mujer le paga al asesino con pequeños favores sexuales, que van haciéndose más comprometidos cada vez. Es una historia de género negro con un final abierto, enigmática y sugerente. La segunda, Low Moon , que le da título al libro, es un Western,que demuestra esa c

La perdida de Jessica Abel

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Este cómic me produjo reacciones encontradas y, escarbando en la red, me di cuenta de que no he sido el único que ha experimentado esta contradicción. En general, la crítica anglosajona se extendió en elogios, mientras que en España me he encontrado con varios comentarios, cuando no abiertamente negativos, por lo menos reacios a declararla una obra maestra, como lo es en tierras angloparlantes. De entrada se descubre uno de los inconvenientes que ha dificultado su recepción para el público español y se trata de un problema idiomático: el cómic originalmente está escrito en parte en inglés y en parte en español mexicano, de modo que la traducción lo que hizo fue poner entre corchetes los parlamentos y textos en inglés. Pero lo que molesta a muchos de los lectores españoles son las partes en mexicano, lenguaje que se convierte, paradójicamente, en una barrera más grande que la superada por la traducción. Así, lo que en España es un problema, para mí constituye un rasgo interesante de est

Blankets de Craig Thompson

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Desde hace mucho tenía la expectativa de leer esta novela, por todas las reseñas y comentarios elogiosos que he encontrado sobre ella (voy a citar sólo el de Neil Gaiman que aparece en la contraportada: "...conmovedora, tierna, hermosamente dibujada, tan sincera que resulta dolorosa, y probablemente la novela gráfica más importante desde Jimmy Corrigan"). Además de comentarios como éste, el volumen de la obra me atraía; debo reconocer que soy amante de los ladrillos, y cualquiera que sea capaz de dibujar y escribir una novela gráfica de más de quinientas páginas, llama mi atención. Lo único que no me convencía del todo es el tipo de dibujo de Thompson, que me parecía muy cercano a los libros de ilustración infantil. Sin embargo, gracias a la biblioteca pública me animé a leerlo, y aquí está mi comentario. Para empezar, mi prejuicio sobre el dibujo se difuminó en pocas páginas: es verdad que sí tiene cierta inclinación infantil, pero también es de una expresividad muy versátil

Shortcomings de Adrian Tomine

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Para empezar, voy a atreverme con una genealogía: los abuelos de Adrian Tomine son los hermanos Hernández y su padre es Daniel Clowes (algunos mencionan a Chris Ware, pero no veo el parecido). Con esos antecedentes, tenía que ser el más adelantado heredero del "cómic alternativo de los 90", un autor que ya está en el siglo XXI, aunque su modo de narración sea clásico y su dibujo aséptico. Shortcomings es una historia realista, una historia de desamor, de relaciones de pareja de jóvenes adultos contemporáneos, es decir, de adultos con mucho de adolescentes aún en sus treinta, pero enfrentados también a las viscisitudes de una vida mayor. Está plagada de elementos que en el pasado habrían sido polémicos, pero que hoy en día son rasgos comunes, estilos, hambientaciones: conflictos interraciales, relaciones LTBG (bueno, L y B, por lo menos), amplias diferencias de edad. Tomine las asume con naturalidad, y aunque las ponga en el centro de su narración, no se siente nunca un tono a